Tu espalda
siempre estuvo doblada
hacia la tierra,
pero algo hizo que giraras
la cabeza cansada
hacia el origen:
génesis del cristal
de luces rotas.
Desde entonces te busco
en los amaneceres silenciosos...
Habrá tiempo, quizá, para más tiempo. Tiempo para enrollarnos detrás de las ventanas observando las paredes de enfrente. ...