Desde el hoy, el ayer
es un jardín donde no crece nada
más que la tibia y persistente locura
de un poeta,
intentando descifrar los viejos códices
del tiempo y su hojarasca.
©Isabel Expósito Morales
Los códices del tiempo, antiguos como el tiempo mismo se amontonan en los versos de cada poeta que como tú, acaricia la palabra y la desnuda y la regala en forma de verso.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo.
Gino.
Entre el hoy y el ayer, es como madura la visión del poeta. El poema no tiene desperdicio: "tibia y persistente locura", "intentando descifrar", ¡todo tan cierto...!
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