Hubiera bastado una mano goteando espacios,
un despliegue veraz de oídos presentes,
unas horas regaladas sin fugas hacia dentro.
Hubiera bastado sentarme a tu mesa,
llenar hojas en blanco con rituales absortos
de pasadas memorias.
Más lágrimas a dúo
como cascadas de abalorios confusos
hubieran bastado
unos pocos días,
unas cuantas horas de más
tocando a mi puerta
una última caricia
quizá hubiera bastado
tal vez hubiera sido suficiente
De Poemas para el adiós, 1995 ©Isabel Expósito Morales
Hola Isabel, espero que no sea un adiós y quede en un precioso poema.
ResponderEliminarque tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.
Hermoso poema. Mucho.
ResponderEliminarA veces escribimos nuestras vivencias.
Otras, las de los demás.
La nostalgia, siempre presente.
Un abrazo.